La palabra toddler no tiene traducción al español, pero hace referencia a esas personitas que ya han dejado de ser bebés pero todavía no son niños, propiamente dichos, digamos que están en torno a los 2-4 años y aún no han empezado el ciclo infantil de aprendizaje en el colegio.
Su dormitorio necesita adaptarse a esta fase de su vida: ya andan, juegan, suben y bajan solos en la cama o en el sofá, empiezan a elegir su ropa, a ojear cuentos... pero ¡cuidado! es una fase muy corta, por tanto, lo ideal será pensar en mobiliario económico, versátil, o que, incluso, fabriquemos nosotros mismos.
Una buena idea es pintar y decorar las paredes con motivos divertidos, que les ayuden a fijarse o a contar cosas, a reconocer figuras, letras, números...
El mobiliario debe estar a su escala para implicarles en la vida cotidiana, ser de su tamaño; por ejemplo, un burro para la ropa de la semana en el que ellos mismos elijan su conjunto, una mesa para empezar a hacer manualidades...
Es fundamental poner una alfombra, van a pasar muchos ratos jugando por el suelo a revolcones.
Y por último, empezar a introducir el orden en sus vidas: estanterías para los cuentos o canastos para los juguetes.
Las imágenes que hemos escogido corresponden a un estilo nórdico, de colores muy serenos y con una estética válida tanto para niños como para niñas. Están llenos de detalles en los que claramente se distingue la diferencia con dormitorios de bebé o los de niños más crecidos y con otras necesidades. Estamos seguras de que os inspirarán.
Créditos: Countersample, jujuzozokids, Paulina Arcklin, istome, bloesem, DecoPeques.
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