A l@s niñ@s les encantan los dormitorios divertidos por ello ponemos colores alegres en las paredes, en las cortinas, en la ropa de cama, etc.. que junto con sus juguetes creamos su espacio preferido.
Pero, lo más de lo más, es que incluso el propio mobiliario forme parte del juego como sucede en estos dos dormitorios que os mostramos.
En el primer ejemplo, las camas quedan escondidas bajo el falso suelo sobre el cual, junto a la ventana, se sitúa la zona de estudio. Además, destaca sobre el fondo blanco de las paredes las figuras de muñecos en rojo y azul alineados que enfatizan la longitud de la estancia.
En el segundo ejemplo, las camas están situadas en un altillo escondidas y protegidas por unas barandillas que simulan un seto verde. El colorido verde y amarillo de los accesorios como los portalámparas, mobiliario o cortinas recuerda al espacio abierto de un jardín.
Las ventajas de esconder las camas con estos sistemas es que es una forma de ganar espacio para juego en un momento dado. Sin embargo, el inconveniente es la incomodidad al hacer las camas o la limpieza.
Técnicamente, en ambos casos es importante tener presente la estructura que ha de soportar el falso suelo o la cama elevada, y también la altura del dormitorio para que pueda albergar una plataforma elevada.
Son dos ejemplos en los que, además del diseño, se requiere una mano de obra de carpintería especializada.
El resultado, son dos estancias que seguro que son el rincón favorito de los más peques de la casa. ;))
Para ver el resto de la vivienda pincha aquí.
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