En algún momento, una mente atrevida decidió convertir en protagonista de un interior un elemento constructivo de exterior, como un muro de celosía.
Esta pieza prefabricada de hormigón estamos habituados a verla en las fachadas, ocultando galerías y lavaderos, sin embargo, en este caso se ha utilizado como división interior de una gran vivienda sirviendo de contrapunto a su decoración en estilo clásico. No cabe duda que constituye el punto de rebeldía de un elemento grosero y austero frente a la delicadeza de líneas y materiales del resto del interiorismo, ese contraste que siempre resulta o atractivo o mal entendido.
Como anécdota, os invitamos a visitar las otras fotos de esta casa, pues han ido reproduciendo la muestra de la pieza de hormigón en toda la decoración, una repetición que llega a ser obsesiva y hasta cansina, pero muy original. Alfombras, papeles pintados, cojines, textiles en general, azulejos... nada escapa a la copia.
¿Os atrevéis a ser transgresores en vuestros hogares?
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