La de utilizar un espejo como revestimiento de una pared es una solución que mata varios pájaros de un solo tiro.
Aunque es el recurso más conocido para ampliar o multiplicar espacios pequeños, también es muy utilizado en espacios oscuros que necesitan captar cualquier cantidad de luz que les llegue. Estas dos serían unas opciones a las que acudir cuando se quieren paliar unas carencias, pero no cabe duda que un panel de espejo bien utilizado le da a la estancia una categoría especial, una riqueza visual difícil de negar si se sabe complementar con la ornamentación adecuada que lo revalorice.
En la imagen superior, uno de nuestros decoradores favoritos, Manuel Espejo, diseñó para CasaDecor 2013 este frente especular, enriquecido por las divisiones de cuarterones contemporáneos que constituyen per sé una decoración autónoma y suficiente.
La pared que sirve tanto de cabecero como de división con el vestidor, contiene un gran espejo que se ha retroiluminado en su perímetro, de este modo, el espejo, necesario por sí mismo en este espacio, también consigue la atmósfera íntima adecuada y mitiga la oscuridad ambiental.
En aseos y baños, la utilización del espejo se reduce por lo común a la pared donde éste iría de forma independiente, evitando duplicidades. El espejo, como superficie vidriada que es, permite su fácil mantenimiento y limpieza, por tanto, su utilización es idónea en espacios húmedos, como sustitutivo del alicatado.
¿Te planteas el uso del espejo de esta manera en tu casa?
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