Este pequeño baño no necesitaba obras, la distribución era óptima para sus dueños, las instalaciones funcionaban bien y los sanitarios se encontraban en perfecto estado. Sencillamente necesitaba un lavado de cara que lo hiciera más atractivo y menos aburrido.
Se consiguió mediante tres pasos:
- Repintado de paredes.
- Cambio de la iluminación central.
- Dotación de nuevo mobiliario y elementos ornamentales.
Para la pintura se ha recurrido a la técnica de las plantillas, que, si somos habilidosos, podemos fabricar nosotros mismos con acetato y una cuchilla, o bien, podemos comprar en centros de manualidades y bricolaje.
Para la nueva iluminación se reutilizó una lámpara antigua que se volvió a pintar en los tonos empolvados de la decoración. En este tema, los rastros son grandes aliados donde se pueden encontrar muy buenas piezas a precios estupendos, es "obligatorio" regatear ;)
Y ahora que habéis visto el resultado, os enseñamos cómo era antes este baño. Soso ¿verdad?
Seguro que ahora los baños serán mucho más agradables y relajantes.
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