Desde Europa del norte nos llegan tendencias de marcado carácter minimalista, apostando por la sobriedad y la sencillez. Son influencias que, mezcladas con nuestra personalidad mediterránea y con la envidiable luz que nuestro enclave geográfico nos ofrece, desembocan en unos interiores muy luminosos y seductores.
Una de estas tendencias es el uso del blanco y negro en la decoración, ¡sobre todo en las cocinas!
Hasta hace poco, el negro nunca había entrado en la cocina, era un no-color nada asociado a la limpieza y la asepsia que deben reinar en una estancia donde se manipulan los alimentos en todos sus procesos de elaboración. Pero vais a ver que eso ya no es así y que el equilibrio blanco y negro nos tiene atrapados cada día más.
En las imágenes siguientes intentaremos mostraros muchas posibilidades de combinación entre estos dos colores, pero las mezclas son casi infinitas atendiendo a los factores que intervienen: básicamente bancada, mobiliario alto y mobiliario bajo; en blanco, negro o ambos, y también se dan los casos de otras combinaciones en función de la distribución y diseño de esos tres elementos principales. Veamos:
A la derecha, bancada en blanco, mobiliario bajo en negro y mobiliario alto en blanco. A la izquierda se ha igualado la bancada al tono del mobiliario bajo. El suelo en madera oscura y las paredes y el techo en blanco hacen de conexión entre los diferentes elementos, creando un efecto de continuidad.
Un ambiente totalmente en blanco, ayudado por las paredes en el mismo tono y el suelo de madera clara, con el contrapunto de la bancada negra, en la que se integra la cocina vitrocerámica, y la torre de hornos.
En este ejemplo, la zona de cocción, totalmente negra, se enmarca de manera limpia en paredes y mobiliario blanco, la ausencia de tiradores contribuye a esa limpieza de líneas.
La estrategia en este modelo ha consistido en diferenciar volúmenes. Se trata de una cocina abierta al comedor en la que el mueble trasero, que panela toda la pared, se ha diseñado en negro marcando el fondo de la estancia. La gran isla central, vinculada de modo directo al comedor, se ha solidarizado con éste mediante el blanco, actuando de elemento de transición. El pavimento continuo de madera aúna ambas funciones, cocina y comedor.
Mobiliario y encimera en negro (hasta el grifo) para un entorno totalmente blanco, la única concesión es para el fregadero, en porcelana blanca. Las paredes se alían con el techo en blanco, y el mobiliario con el suelo en cemento oscuro, casi negro.
Una mezcla mucho más heterodoxa es la que se ha llevado a cabo en la imagen de arriba. Cocina en blanco, con la diferenciación del cuerpo aislado, que se trata con mobiliario en negro. Este módulo, más destinado al almacenaje que a la manipulación de alimentos se ha querido distinguir de esta manera. También se han introducido otros materiales (madera y acero) que, aun no rompiendo la armonía del conjunto si merman el carácter limpio y purista del resto de soluciones.
El único matiz negro se encuentra en el revestimiento del frontis. Blanco total para una pequeña cocina muy bien aprovechada.
Y por último, dos cocinas en las que se han permitido las mínimas licencias. Todo blanco en la imagen de arriba, todo negro en la de abajo. La nota disonante, en el caso del ejemplo superior, puede ser la vitro en negro, existen en color blanco pero aún hoy en día son mucho más caras.
Hemos elegido las cocinas que más nos han gustado, pero hay muchas más que siguen el criterio de la dualidad blanco&negro.
¿Por qué combinación os decantáis vosotros?
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