En verano es lo que más se agradece, crear un rincón fresco en el que pasar la tarde acompañado de amigos y familia.
A veces no es ni necesario que tenga sombra artificial si escogemos una orientación adecuada, aunque no siempre es posible. En este caso nos ayudaremos de elementos "artificiales" para crear una atmósfera acogedora e incomparable:
- Decantarse por unas vistas únicas o el recogimiento de un rincón privado.
- Si son necesarias, sombras aportadas por cubriciones de cañizo, u otras fibras vegetales o toldos y telas tensadas.
- Mobiliario fijo, unas amplias bancadas de obra para sentarse o recostarse. También valen cómodos sillones, muebles de palé o viejas camas metálicas rescatadas del desván y reconvertidas como divanes.
- Cojines, muchos cojines. Sobre la base unas colchonetas mullidas, alegres almohadones con coordinados textiles muy divertidos y arriesgados.
- Y, sobre todo, mucha vegetación. El verano y el tiempo libre puede ser la gran oportunidad de poner a prueba nuestras dotes y paciencia para acampar y cuidar plantas. El verde aporta frescor y oxigena el ambiente, aprovechémoslo.
Rincones nocturnos o balcones urbanos, la cuestión es apelar al fresco veraniego y aportar relax a este tiempo, aun trabajando.
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