Las contraventanas son puertas exteriores que se incorporan a la ventana mediante bisagras para hacer las funciones de una persiana: impedir el paso de la luz, el calor o proteger a la propia ventana. Con esta definición a todos nos viene a la cabeza las típicas mallorquinas.
Pero también se pueden colocar por el interior. Tal vez os parezca raro pero, ya por el s.XX se utilizaban en los edificios de la alta burguesía. Se colocaban contraventanas exteriores a base de mallorquinas y contraventanas interiores a base de puertas opacas, formando una ventana que podríamos llamar "monoblock".
Actualmente vuelven a estar de moda las contraventanas interiores de madera ya sean opacas, de lamas fijas, de lamas móviles, de hojas abatibles o varias hojas plegables.
En cualquier estilo tienen cabida, clásico, rústico, industrial o minimalista.
Son fáciles de colocar, solo hace falta unas buenas bisagras que dependerán del peso de la contraventana, un soporte resistente donde anclar las bisagras y, por supuesto, tener en cuenta si hay espacio suficiente para el giro o desplazamiento que necesita en su apertura.
Las contraventanas además de tener una función práctica de oscurecimiento son piezas decorativas que visten singularmente los espacios y hacen las estancias más acogedoras, no os parece?
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