¿Por qué las cocinas y los comedores se proyectan siempre separados si comparten tantas funciones? ¿Por qué se vincula siempre el comedor al salón si sus cometidos son tan distintos?
La razón está en el pasado, cuando la cocina era una estancia para el servicio, una habitación ligada al trabajo, y el salón y el comedor eran salas nobles, para lucir y recibir a los invitados.
Hoy en día los formalismos han quedado atrás y nos decantamos por lo práctico.
En una vivienda convencional, de las ubicadas en los pisos de un edificio residencial, pocas veces (o ninguna) organizamos cenas de "gala", con gente casi desconocida con la que nos sintamos en el compromiso de "quedar bien", y ya no tenemos contratado un servicio a la vieja usanza, si acaso un catering con algo de glamour que nos ayude a hacer el trabajo más pesado del evento. Por eso el comedor debe estar en contacto directo con la cocina:
- Porque es más fácil el traslado y servicio de los alimentos.
- Porque no se escapan los olores al resto de la casa.
- Porque se favorece la comida como razón de reunión familiar o de amistad, sin que nadie se escape al sofá en el postre.
- Porque las cocinas de hoy en día también se lucen y se enseñan (que cuestan una pasta...)
- Porque un comedor en la cocina no tiene por qué ser lo que entendemos por un office.
- Porque la estética, el mobiliario y el protocolo de un comedor no queda en un segundo plano por estar en la cocina.
- Porque... hay un montón de razones más.
Disfruta la selección de imágenes que te hemos elegido.
Y en el exterior también. Ahora que disfrutamos del veranito, mira qué atractivo es este comedor de verano junto a su cocina rústica. ¡No hay que levantarse para nada!
¿Cambiamos el chip?
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