Esta vivienda, de pequeñas dimensiones, tenía una cocina de menos de 3,50m² incrustada en el salón-comedor, de modo que angostaba la zona de comedor y no permitía la llegada de luz al salón.
Se decidió abrirla tirando la tabiquería que la encerraba y manteniendo los revestimientos y todas las instalaciones de fontanería.
Como se aprecia en las imágenes, ni siquiera cabía la nevera en el interior del recinto, por lo que el problema era mayor: el salón no podía ser utilizado íntegramente como tal ni aun cerrando la puerta de la cocina. La cocina tan solo tenía una encimera en forma de L que estaba plenamente ocupada por el fregadero (frente a la ventana-, los fuegos y un armario escobero. Y para añadir un hándicap más, el cuadro de unión entre ambos lados de la bancada lo ocupa una columna de instalaciones que no se puede eliminar.
Con todos estos inconvenientes hay que afrontar la obra, sacar el máximo partido y obtener una solución satisfactoria tanto a nivel estético como funcional.
Demoliciones: se tira parcialmente el tabique de la entrada ensanchándola y dejando el trozo justo para mantener el radiador por un lado y cerrar el mobiliario de cocina por el interior. El tabique recayente a la zona de comedor -a la izquierda de la imagen- se demuele también pero sólo hasta la altura de apoyo de la bancada porque se quiere mantener también el otro radiador sin variar su instalación.
Nuevo mobiliario: se aprovecha la pared de la derecha para encastrar dos módulos de almacenamiento de suelo a techo, comprendiendo los electrodomésticos de microondas y nevera. Se ha optado por un acabado con tablero postformado en color nogal.
La tercera ala de la cocina, de nueva creación, ampliará la dotación de almacenamiento y servirá de apoyo a la consola de cocción, que es la única instalación que se ha trasladado. Esta bancada es más ancha de lo normal porque se ha volado sobre el radiador que se quería mantener, obteniendo a su lado un nuevo armario de poca profundidad pero de mucha utilidad.
Resultado final: el cambio es radical, se obtiene una estancia única mucho más luminosa y se ha mejorado ostensiblemente la capacidad y la funcionalidad de la cocina. No se ha modificado la instalación de fontanería del fregadero y de los radiadores, a la vez que se ha conseguido mantener ambos. A nivel de revestimientos, no se ha intervenido en el pavimento ni en el alicatado, conservando los existentes.
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Esta semana, Decodeliziosa nos ha dedicado un día, puedes leerlo aquí. Gracias, Prado!!!
Y Decoesfera otro tanto, gracias!!!
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